Nené a Lita)
Cádiz, 22 de Marzo 2007
Lita, a mí sí que me asustas.Tú sudokista, tú bailando como una cafre desinhibida, tú hecha una cursi por más que pertenezcas a la tierra y tus pechos floten (estarías aviada si no lo hicieran). Tú, en fin, echada a perder por la danza (eso le pasó también a la bella Chelito –la que se buscaba la pulga-).
Me siento (tengo que decirlo) algo
atufadilla con tu condescendencia. Pareciera que debas acompañar a la playa
a una patética minusválida de cuerpo y mente, con pareo
floreado y recubierta de una capa de grasa. Mientras tú, cual
juvenil Hetaira, te solazas encueros bajo el cielo azul mirando
gaviotas.
Tres aclaraciones indispensables: Mi
silla es plegable sí (¿?), pero no anatómica (haces una descripción
cercana al personaje del abuelo de la película “El Cochecito”).
Te diré que la pamela de rafia y el
tocado de los burros de Mijas tienen el mismo paralelismo que la
chistera y la boina. Mayormente porque la paja (humilde materia de la
que están hechos los sombreros para acémilas) y la rafia, son dos
materiales tan diferenciados como el terciopelo y la tela de saco (un
poner).
Respecto al topolino te diré que
refresques algo tu memoria ya que, con esto de quitarte años, tu
pasado acabará siendo tan cercano como el de tu propia hija. Así que, si
te esfuerzas un poco, recordarás que el topolino era un tipo de sandalia
de verano, con tira ancha en el empeine y tacón tipo plataforma hecho de
cuerda o corcho.
Sobre la alternativa de sacarme de
procesión con peineta y mantilla como el pavero en Navidad, no me
pronuncio por no liarla. La Virgen del Santo Milagro sabe lo que me
digo.
Dices que nos vamos a reír mucho. Me
alivia la utilización del
plural. Al fin, lo arreglas todo
diciendo que tienes ganas de verme
y disfrutar de mi charla y compañía
(aunque sin calificarlas de
placer).
Sea como quieres y arriesguémonos a
compartir unos días. Siempre podremos desviar las críticas al resto
del género humano. Una práctica que desahoga mucho.
Yo también te quiero, víbora.
Nené
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