(Lita a Nené)
Sevilla, todavía el 22 de marzo de 2007
Espoleada por tu misiva, no tengo más
remedio que responderte rápido –sobre todo por si acaso te
llegan los ecos de mis risas–. No lo había pensado, pero igual sí que
tienes razón y me toca hacerme señora. En tus labios, eso de vacacionar con
fantasías de ninfa, suena bastante ridículo. Y el ridículo es lo
que más me asusta después del fracaso (dejando a un lado los miedos
elementales: enfermedad, dolor y muerte).
Yo pensando todo el tiempo que tengo una
madurez divina, bien llevada, digna y en desarrollo, y me
encuentro con tu mirada que me devuelve una señora rellenita, con
ínfulas de adolescente ñoña, revolcándose en la arena como una croqueta para
hacerse la locuela.
Juro ante quien quiera escucharme, que
nunca más me meteré entre las olas dando saltitos. De hecho,
hasta estoy dudando si ponerme la batita sobre un bañador turbo y
remojarme hasta las rodillas cuando baje la marea. Y es que a una se le olvida que tiene
una edad. Pero aún así, guapa, los topolinos son de la juventud de mi
madre y las pamelas –de rafia o de paja- son incompatibles con
el levante. Así que vete buscando
una viserita de “cruzcampo” para el
resol.
Me voy a la cama a soñar con la que fui.
Pero te recuerdo que no todo tiempo pasado fue mejor.
Especialmente ese “retro” tuyo tan en blanco y negro y tan de la España
franquista. Yo he crecido –aunque
poco- en los ochenta.
Y yo que me veía tan mona. Qué desastre.
Hasta mañana mala persona. No sé cómo te sigo queriendo.
Lita
No hay comentarios:
Publicar un comentario